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SÉ CONSCIENTE (LIBRO)
Menos mente y más conciencia
para una vida plena

Queremos y podemos vivir mejor.

¿Por qué no lo hacemos? ¿Qué necesitamos?

En este libro te comparto las claves que me ayudaron en mi camino personal hacia una existencia más plena, empezando por la más importante: ser conscientes. ¿De qué? Primero, de quiénes somos. Luego, de nuestros pensamientos y emociones. Y, por fin, de qué deseamos para nuestra vida.

Te propongo un viaje interior y un desafío: el de reconocer el “Programa Mental” que maneja tu día a día y te hace vivir en modo automático, inconsciente. Una experiencia que te inducirá a salir de la tiranía de la mente y a tomar el control de tus comportamientos, conductas y actitudes, a partir de ser plenamente consciente. Para ello te proporciono técnicas y conocimientos que fueron y son de suma utilidad para mi propio camino personal. Desde la meditación, hasta reflexiones sobre asuntos básicos para los cuales no hemos sido educados o, en todo caso, hemos sido mal educados.

 

“Este libro es un salvoconducto para un mejor día a día y para permitirse ser como uno es, despojado de atavismos”. Marta R. Mutti. Escritora.

Si te interesa adquirir el libro comunicate a través de:

aqahespacio@gmail.com.

Whatsapp: +541167007024.

 
Párrafos seleccionados

La mayor dificultad que tenemos en el mundo de hoy para poder vivir en plenitud es el poder que tiene la mente en nuestra vida. El mayor problema que tenemos hoy es que existe un hiper desarrollo de la mente, que rompe el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Nuestra mente, y esa criatura que vive en ella, el ego, ha tomado una importancia tal que nos ha hecho creer que somos esa mente y esa personalidad. El desafío que tenemos por delante quienes aspiramos a una vida plena es restablecer el equilibrio, recuperando el rol central para nuestra conciencia que, en la certera definición de Joe Dispenza, es nuestra esencia inmaterial. 


Esa restauración del equilibrio entre nuestras partes lo conseguiremos siendo plenamente conscientes. El ser consciente es la llave que abre todas las puertas. Es el punto de partida. Preguntas del tipo ¿Qué somos, en un sentido metafísico? ¿Para qué estamos en este mundo? debemos formulárnoslas alguna vez porque hacen a la propia naturaleza humana y son el inicio del camino hacia la conciencia. Por eso pueden denominarse preguntas maestras. 
 

Es posible que no encontremos, fácilmente, respuestas plenamente satisfactorias a estas preguntas maestras, pero ojalá que, al menos, nos lleven a preguntarnos ¿quién está haciendo estas preguntas? Este es el primer y mayor acto de conciencia que podemos tener. A partir de allí, se inicia el viaje a una existencia plena, que cada uno tiene la responsabilidad de llevar a cabo tan sólo por ser humano.   
 

También hay otro sentido en el que es imprescindible ser conscientes. Saber qué pensamos, qué sentimos y qué estamos haciendo en cada momento. Estamos gran parte del tiempo funcionando en modo automático. Llenos de pensamientos, de emociones y de respuestas ya preparadas, creadas a lo largo de nuestra vida, que son totalmente inconscientes y conforman nuestro programa mental. El programa que nos dice qué está bien y qué está mal y cómo reaccionar ante cada situación. Estamos extraviados en el laberinto en que se ha transformado nuestra mente. 
 

Pasamos demasiado tiempo en el pasado y en el futuro. Mientras la vida está en el presente. Somos ahora. Ser conscientes de lo que pasa por nuestra mente y por nuestros cuerpos en cada momento es lo que nos permite recuperar el mando sobre la propia vida. Si esto es lo que queremos conseguir no podemos permitir pensamientos y emociones que nos dominen. Esto es lo primero que necesitamos alcanzar, salir del laberinto mental, si queremos llegar a tener una vida plena. 


Hoy no existen dudas de los pensamientos son energía y que, en gran medida, somos lo que pensamos. Por lo que nuestra vida está definida por lo que pensamos. Así que, ¡mucho cuidado con lo que pensemos!
 

Otra pregunta que es necesario hacerse para vivir una existencia más consciente es ¿qué queremos para nuestras vidas? Cómo queremos vivir. Qué es lo que, en verdad, nos importa. Dónde pondremos nuestra energía: ¿en el éxito económico, en la carrera profesional, en vivir en paz, en disfrutar de la vida, en crecer, en la familia, en contribuir con otros, en el autoconocimiento, en conseguir un mundo mejor? Por supuesto que estas prioridades pueden ir cambiando a lo largo de la vida, podemos enfocarnos más en unas que en otras en determinados momentos y, luego, cambiar el orden. Y combinarlas en proporciones diferentes. Pero son esas definiciones las que nos proveerán la guía para la acción, por lo que deben ser totalmente conscientes. Así sabremos para qué estaremos haciendo lo que estemos haciendo.
 

Todos tenemos un programa mental, que se escribió, por lo menos, desde el día de nuestra gestación, a partir de infinidad de fuentes: la educación que recibimos, los sucesos de nuestra vida, las emociones sentidas, los mandatos familiares y sociales, etc. Y que hoy se resumen en ideas y creencias, que dan lugar a pensamientos y sus emociones asociadas. Ese software nos permite procesar todo lo que nos llega desde afuera, todo lo que accede a nuestra mente. Nos dice cómo tenemos que reaccionar. Si algo está bien o está mal. Si tenemos que temer, enojarnos o alegrarnos. Qué tenemos que responder. Cómo debemos enfrentar las más diversas situaciones. En definitiva, nuestro programa nos dice cómo tienen que ser las cosas, y los otros, y cómo tenemos que reaccionar en cada caso.
 

Es un software muy completo y complejo que nos es de suma utilidad para vivir en este mundo. El asunto es que buena parte de ese programa es inconsciente. No sabemos que existe. Funciona solo. Y, sin embargo, determina gran parte de nuestras reacciones, actitudes y acciones. Y de tanto funcionar a lo largo de nuestras vidas ese programa creó surcos en nuestro cerebro. Es como un campo preparado para la siembra. Esas mismas zanjas estrechas en las que se depositarán las semillas las tenemos en nuestro cerebro, en la forma de conexiones entre las neuronas. Si en un surco echamos agua, va a correr siempre en la misma dirección. En nuestra mente, un mismo desencadenante siempre nos va a llevar a la misma respuesta. Esas zanjas son nuestras ideas, creencias y emociones. Determinan, en buena medida, nuestras vidas y, sin embargo, y he aquí el problema, no somos conscientes de la mayor parte de ellas. Por lo tanto, vamos por nuestra vida tomando decisiones, fijando posiciones, juzgando, a ciegas. Sin saber lo que estamos haciendo. Sin ser conscientes. 
 

La única forma de conseguir esa paz a la que instintivamente aspiramos es saliendo del dominio de nuestra mente y eso se logra aumentando nuestro nivel de conciencia. Esa paz que anhelamos viene con la conciencia. Es decir, siendo más y más conscientes de lo que pensamos y sentimos y entendiendo más y más cómo funciona nuestro programa mental. Siendo conscientes de que no somos nuestra mente, ni nuestros pensamientos, ni nuestras emociones, sino quienes los observamos. Que nuestra esencia es inmaterial, como dice Joe Dispenza. Y que esa esencia es paz, amor, compasión y gratitud.  
 

Meditaciones Osho

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